Al convertirnos en mamás es inevitable dejar de lado nuestro rol de mujer.  Toda nuestra energía está destinada a nuestros hijos y cuando ellos duermen lo único que queremos es dormir o disfrutar del silencio y del no hacer nada, simplemente hacer lo que nos provoque. Pero además de ser la mamá de alguien somos también «la mujer de alguien». Que reclama atención y se siente totalmente desplazado. ¿Cómo lo manejamos?
Esas ojeras y bolsas debajo de los ojos no son injustificadas. Estamos cansadas, nuestros hijos nos necesitan y nos dedicamos a ellos 24/7. Ser mamá es el único trabajo no remunerado en donde no hay horarios ni descansos. Es agotador y en los momentos que tenemos para descansar lo único que queremos es no tener ninguna responsabilidad, disfrutar del no tener que hacer nada por nadie un ratito. No es que seamos egoístas porque incluso nos olvidamos de hacer algo por nosotras mismas! No digo que este bien, pero son etapas, es lo que toca y tampoco esta mal.
Cuesta retomar la vida de pareja una vez que eres la mamá de alguien lo último en lo que piensas es en ser la mujer de alguien. Pero lo eres y en algún momento hay que ponerle onda al tema superar el cansancio y sentirnos sexys de nuevo. Aceptar nuestro cuerpo con los cambios que sufrió, sentirnos cómodas, perder el miedo y armarnos de valor para reencontrarnos con nuestra pareja.
Lo damos todo por los nuestros y muchas veces nos olvidamos de nosotras. Tampoco se trata de ser una mama mártir que atribuye el hecho de que no hace nada por si misma porque cuida a sus hijos. Justamente la maternidad tiene que ser un disfrute y cada una lo tiene que llevar de tal forma que se sienta feliz y cómoda. Pero sin olvidarse de quienes éramos porque para que el bebé este bien la mamá tiene que estar bien eso es básico.
Cuesta encontrar ese balance, y organizarnos para poder hacer más cosas además de ser mamá. A todas nos pasa, es normal. Cuando nació Joaquin me tomo 9 meses y ahora con la segunda siento que será menos tiempo pero sigo en el proceso y de hecho más cansada aún porque ahora mi energía se divide en ser mamá de dos. A pesar de que nunca volveré a ser la misma, porque después de ser mamá tus prioridades cambian por completo… ya volveré a encontrar el balance y organizarme para lograr hacer una hora de ejercicio al día, encontrar tiempo para escribir y el momento y las ganas para engreír a mi esposo. Tiempo al tiempo por ahora a disfrutar lo que nos toca, enfocarnos en ser mamá y ya volveremos a ser mujer. Lo prometo.
]]>

Escrito por kiki

Deja un comentario