La típica frase que todo el mundo te dice cuando estas esperando un bebé es: “La vida te va a cambiar”. Es verdad hay un antes y un después de tener un hijo. Tu vida nunca más es lo mismo. Pierdes esa libertad de poder hacer lo que te provoca en el momento que quieras. De cierta forma ya no puedes ser tan impulsivo y espontáneo, ahora las cosas se piensan un poco más. Pero ganas otras cosas maravillosas que ni sabias que existían.

Al principio las mujeres pierden un poco más que los hombres. Ya que el mundo del bebe es la mamá y el mundo para nosotras se limita a ser mamá. Cosa que considero la experiencia más hermosa del mundo, pero todas somos distintas y si te pones a pensar es fuerte. Dejas de trabajar, de hacer deporte, de salir con tus amigas, ese mundo externo que tenias deja de existir. Por varios meses tu vida se limita a estar con tu bebé y se puede volver un poco monótona. Sobre todo porque al principio das mucho sin retorno, ya que la criatura solo come y duerme la mayor parte de día. Lo importante es tomarlo como lo que es, una etapa, un momento, que finalmente pasa volando y luego terminas extrañando.

Es cierto que un bebé te cambia la vida y que esa persona que existía antes de que llegara ese bebé se fue y no volverá más. Esa chica que se iba de fiesta, eventualmente volverá a irse de fiesta pero ya no se tomará todo el bar porque al día siguiente tiene que cuidar a su hijo. (No hay peor resaca que la de una mamá.) Esa chica que podía meter su vida en una mochila para irse un fin de semana de viaje, ya no existe, ahora necesita llevar un coche, pañales, ropa extra, juguetes, mamaderas y varias cosas mas que no entrarían nunca en una mochila. Esa chica que no tenia miedo, se consideraba invencible, y que se llevaba el mundo por delante; ahora se cuestiona, tiene miedos y una nueva personita que depende de ella.

Por otro lado, ganas mucho, traer una persona al mundo es inexplicable. Te lo cuentan pero solo lo entiendes cuando lo vives. Conoces el amor desde otra perspectiva, de una forma que no sabias que existía. Un amor que no podrá ser nunca egoísta, ni conflictivo y en el que estás dispuesta a dar todo sin esperar nada a cambio. Cuando tu bebé te regala esa primera sonrisa o esos primeros “agús te olvidas de todo lo que de alguna forma “pierdes”, todo encaja perfecto y hace sentido.

Cada etapa de la vida tiene su encanto y hay que vivirla sin nostalgias ni arrepentimientos. Ser mamá me ha permitido evolucionar como mujer, crecer. He conocido aspectos de mi que no sabia ni que existían. Hay que ver el vaso medio lleno no medio vacío. Es más lo que ganas que lo que pierdes. De todas maneras, es importante encontrar un momento para una misma, darse espacio y respirar un poquito fuera de la maternidad para no agobiarse y poder valorarlo como lo que es: uno de los regalos más lindos de la vida.

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Les dejo algunas recomendaciones para no sentir que lo pierdes todo (los tres primeros meses olvídate de intentar cualquiera):

  • Salir con amigas que no son mamás. Que te cuenten sus aventuras y te olvides por un momento de los 6 u 8 pañales que cambias al día.
  • Darte un masaje o hacerte las manicure/pedicure. Siempre es bueno engreírse un poquito para desconectarse.
  • Programar una cita con tu pareja. Salir una vez a la semana o por lo menos cada 15 días solos a comer algo rico, tomarse un vinito y conversar.
  • Intentar hacer ejercicio por lo menos dos veces por semana. Te da endorfinas y te va a hacer sentirte bien contigo misma.

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Escrito por kiki

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