Al tener hijos nuestra vida cambia. ¿Sentiste que tu vida cambió? Seguramente sí. Si tu sentiste un cambio, imagínate el cambio que sintió la mamá de tus hijos, que un día se despertó con un cuerpo que no reconocía, totalmente distinto al que siempre tuvo, con las hormonas revueltas por 9 meses y luego se convirtió en la persona MAS indispensable para ese nuevo bebito que llegó al mundo. En su fuente de alimentación, en su zona de seguridad y confort, en la persona que está a su disposición 24/7 para TODAS sus necesidades.

Su vida dejó de ser suya y con mucho amor se la entregó a esta nueva personita que crearon juntos pero que salió de su vientre, y que la prefiere a ella (creeme que muchas veces le encantaría que te prefiera a ti). Pero prefiere a su mamá porque por 9 meses creció dentro de ella, su voz, los latidos de su corazón y su olor lo hacen sentirse seguro y en paz. Que suerte tiene ella pensarás…

¿Qué suerte? Tu esposa versión mamá tiene como prioridad a sus hijos y no le queda otra. Esto implica que su vida gira en torno a ellos y a sus horarios; a su hora de comer, a su hora de bañarse, a su hora de dormir, a su hora de levantarse, a su hora de recogerlos del nido/colegio, a su clase de fútbol/ballet/Karate/natación, etc. Cualquier cita, reunión o actividad que quiera hacer tiene que ser en esos huecos que no interrumpan ninguna de las actividades de sus hijos.

¿Te imaginas lo agotador qué es que tu vida deje de ser tuya? Nunca más duermes igual por que te invade un constante estado de alerta, no queda otra que aprender a ir al baño con público y cuando te duchas escuchas el llanto de un bebé (por que esa es la paranoia que sufrimos todas las mamás). No me malinterpreten es lindo ser mamá, me encanta y no me cambio por nadie. Pero es agotador y súper demandante, tu vida deja de ser tuya, tus tiempos son de ellos y tus planes también. Organizas planes que sean divertidos para tus hijos, porque de esa forma ellos estarán entretenidos y tu lograrás respirar un poco.

 Admito que desde que me convertí en mamá, me convertí en una esposa promedio. Esos momentos que tengo donde ellos duermen o están entretenidos con algo me cuesta dárselos a alguien más. Por que estoy cansada, cansada de darle mi vida a otros y de que siempre me pidan o me pregunten cosas. Quiero simplemente tener mi Happy Hour (que con lo cansada que estoy muchas veces no llega ni ser una hora), en este momento de mi vida mi Happy Hour me incluye sólo a mí porque lo necesito, es lo que mi cuerpo y mi psiquis me piden.

Me consuelo pensando que es una etapa por la que todos los matrimonios pasan cuando tienen hijos pequeños. Estoy segura que es así. Los bebés son sumamente demandantes y dependen de nosotros para TODO. Aunque hubiera preferido que no sea así, cambié, obviamente ya no tengo el tiempo, ni la energía para dedicarme como me dedicaba antes a mi pareja.

No estás sólo, y tú mujer no es la única que cambió. Entiendela en su versión mamá, tenle paciencia y ponte en sus zapatos. Estoy segura que ella se pone en los tuyos, sabe que no es la misma de antes y eso sólo la atormenta más! Pero la verdad es que al convertirnos en papás todos cambiamos y nunca más seremos como antes. Hay un antes y después de esta caótica pero hermosa aventura de ser padres. ¿Si ó no?

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Escrito por kiki

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